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keane en Chile 2024: Mucha esperanza y nada de miedo



keane en Chile 2024:  Mucha esperanza y nada de miedo


Por Matias Arteaga | Miércoles 20 de noviembre 2024

Fotografías: Andie Borie



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Keane, la emblemática banda británica que ha dejado una huella imborrable en el rock alternativo desde su debut en 2004, regresó a Chile en una fecha histórica que celebraba dos décadas de éxitos. Conocidos por sus letras profundamente emocionales y su sonido distintivo, que fusiona piano, sintetizadores y una voz inconfundible de Tom Chaplin, Keane ha acompañado a sus seguidores a lo largo de años de cambios y recuerdos. La banda, que comenzó su carrera con el aclamado Hopes and Fears, ha logrado mantenerse relevante y conectada con su público a través de los años.


keane en Chile 2024:  Mucha esperanza y nada de miedo


Este 2024, Keane celebró los 20 años de Hopes and Fears con una gira mundial que los trajo nuevamente a Chile, país que los vio por primera vez en 2007, durante la gira de su segundo álbum Under the Iron Sea. Desde entonces, la relación de la banda con su público chileno ha sido especial, forjada sobre la base de su poderoso repertorio y la energía única que se vive en cada uno de sus shows. La cita en el Movistar Arena el 19 de noviembre fue una nueva oportunidad para revivir esos himnos que marcaron a toda una generación y para sentir de cerca la conexión entre Keane y sus seguidores chilenos, que no dudaron en abarrotar el recinto para ser parte de esta celebración musical.


La noche comenzó con una energía arrolladora, cuando Keane abrió el show con la icónica “Can't Stop Now”. Las luces del Movistar Arena se encendieron con fuerza y la banda comenzó a desplegar toda su magia, capturando de inmediato la atención del público y marcando el tono de lo que sería una velada inolvidable. La primera parte del show estuvo marcada por una sucesión de temas que convirtieron al Movistar Arena en una fiesta de recuerdos. “Silenced by the Night” y “Bend and Break” fueron las siguientes en sonar, manteniendo la vibra positiva e inyectando una dosis de adrenalina a los asistentes, quienes corearon cada palabra como si fuera la última vez que escucharían esas canciones.


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La banda, liderada por Tom Chaplin con su voz inconfundible, no se mostró distante en ningún momento. Al contrario, el frontman conectó con el público, compartiendo frases en español y mostrando su aprecio por la energía del público chileno. En “Your Eyes Open”, esa conexión se palpó aún más. La canción resonó con fuerza y la audiencia se convirtió en parte de la performance, convirtiendo el show en una verdadera experiencia compartida. En “Nothing in My Way”, el público, completamente entregado, dejó de ser solo espectador para convertirse en parte activa de la historia que Keane contaba en el escenario. Las luces bajaron y la atmósfera se volvió más íntima en “Spiralling”, cuando el piano marcó el ritmo que guiaba a la banda a través de un momento de introspección emocional. Las luces suaves y los acordes delicados mostraron un lado más vulnerable y melódico de la banda, que perfectamente contrastó con la fuerza de otros temas.


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El siguiente bloque de canciones fue una mezcla perfecta de intensidad y melancolía. En “Sunshine” y “The Way I Feel”, Keane logró transmitir una sensación de esperanza, una sensación que también se reflejó en la recepción que el público brindó a “You Are Young”, un tema que siempre ha sido sinónimo de vitalidad y energía renovadora. A medida que avanzaba la noche, “Everybody’s Changing” causó un estallido de emoción colectiva. Es uno de esos temas que marca un antes y un después, un himno generacional que fue coreado a todo pulmón. El aire se cargó de nostalgia y, sin embargo, Keane logró hacer de cada uno de esos momentos algo nuevo, fresco, como si todas esas canciones fueran cantadas por primera vez.


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En “Hamburg Song” la magia del concierto se intensificó. Chaplin se encargó de imbuir cada verso con su emotividad característica, mientras el público, iluminado por las luces de los celulares, ofrecía su propio tributo a la canción. La armonía entre el grupo y los fanáticos llegó a su punto más alto en canciones como “Disconnected”, “A Bad Dream” y “Perfect Symmetry”, las cuales se transformaron en el espacio donde la banda y la audiencia parecían ser una sola entidad, compartiendo no solo la música, sino una vivencia compartida.


La recta final del show estuvo cargada de momentos vibrantes. “Is It Any Wonder?” y “She Has No Time” fueron los puntos culminantes, donde el sonido de la banda alcanzó nuevas alturas de intensidad. La energía era arrolladora, con los fans saltando y cantando sin cesar. En “This Is the Last Time”, Keane alcanzó su máxima expresión en un juego de luces y sonido que envolvía al público de principio a fin. Luego llegó el turno de “Crystal Ball”, uno de los temas más esperados de la noche. En ese momento, la banda recordó por qué se ganó un lugar tan especial en los corazones de sus seguidores, al entregar una interpretación sublime que dejó a todos los presentes en un estado de éxtasis musical.


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Para culminar la noche, Keane presentó su baluarte musical: “Somewhere Only We Know”. Con este clásico, el Movistar Arena estalló en un mar de voces. El final de esta pieza marcó el cierre de la primera parte del concierto, aunque el público no quería que la magia terminara ahí.


El retorno al escenario fue apoteósico. La banda volvió para ofrecer “My Shadow”, “Neon River”, y “We Might as Well Be Strangers”, que rápidamente hicieron que el público se sintiera en un loop atemporal, viviendo la misma emoción de hace 20 años. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando Keane interpretó “Snowed Under”, a petición de los fanáticos, dejando claro que el amor por sus seguidores es mutuo.


El homenaje a Queen y David Bowie con el cover de “Under Pressure” fue un momento cargado de energía y nostalgia, una interpretación potente y llena de respeto hacia dos íconos de la música. El broche de oro lo dio “Bedshaped”, una de sus canciones más queridas, que selló una noche memorable llena de magia, emoción y la eterna conexión entre la banda y su público chileno.


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Keane, con 20 años de carrera, sigue demostrando su capacidad para emocionar y conectar con su audiencia. La banda no solo ofrece una increíble calidad musical, sino también una cercanía única con sus seguidores. El Movistar Arena fue testigo de una noche única, donde cada acorde y cada palabra cantada se sintió como un recordatorio de que Keane sigue siendo una de las bandas más queridas y respetadas del panorama musical. La gira del 20° aniversario dejó claro que la historia de Keane está lejos de terminar, y Chile será siempre parte fundamental de esa historia.

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