


Homero Ramírez

11 abr 2022
Creamfields Chile 2022: Serotonina para regalar
En algún momento la espera se tenía que terminar. Creamfields Chile volvió a desarrollarse tras la cancelación de la edición 2019 y las lógicas restricciones de pandemia que impidieron que las del 20 y 21 pudieran gestionarse con normalidad. Y vaya qué regreso vivimos, con una producción de primer nivel que nada puede envidiarle a los megafestivales del territorio y de la escena electrónica a nivel mundial en un Espacio Riesco al 80% de su capacidad y adaptado por secciones como el buen centro de convenciones que ha sabido ser.

Fotografía: @Creamfieldscl
En el stage de Budweiser calentó motores Melania Wonder con un dance más bien melódico que puso a mover a los valientes que entendieron que la misión duraba 10 horas. A la par, en el Alternative Stage el joven Vivanco tiró encima sus argumentos dub y mezclando de Kendrick Lamar a Travis Scott rompió el bajo y provocó la primera ola de saltos y compromiso por el buen espectáculo. Le ayudó bastante el contexto: indoor, una simulación de estrellas en la panorámica y los fans hambrientos de joda.
Sonidos atronadores presentó el holandés Vito Mendez, ideales para realzar su EDM y descontrolar la pista. Juicy M jugó a la segura y entre su remix de la fundamental "Do It to It" y el recuerdo a "Show Me Love", un clásico de siempre de Robin S, deslumbró en el Main Stage con una actuación de alto vuelo en el primer imprescindible de una jornada de clima ideal de otoño y ganas de más. Siempre más.

Fotografía: @Creamfieldscl
El ping-pong del sunset guió al equipo de All Access desde Christian Smith hasta Lost Frequencies. El primero, leyenda del techno, mixer por naturaleza y metódico como pocos, concentró sus minutos en beats constantes y probados. LF, el belga de los hits radiales, demostró ser mucho más que una etiqueta y si bien sus momentos de mayor conexión con la gente se dieron durante los éxitos, se aventuró con tempos apresurados y una hora de viajes entre el Drum & Bass y el EDM que lo elevó al reconocimiento. Para ganarse más cariño vistió La Roja de la selección.

Fotografía: @Creamfieldscl
En las dualidades también trabajó Solardo, quizá el número de mayor impacto en el dancefloor que nunca
decayó en sus intenciones por dejar la vida al frente de un dúo de renombre, que se comprometió al tech house y sorprendió con la creatividad para saltar de pista en pista al instante, acumulándole peaks a la cancha y la palabra clave del evento: serotonina. Con los británicos encargados de armar la fiesta no te vas a conformar con menos. Ni vas a parar de saltar.
Claptone se encargó de cerrar el Cream y Diplo el Main. Con públicos muy distintos, y a sabiendas de que la élite es su lugar tan ganado, el alemán armó la procesión definitiva del house entre intermitencias punzantes mientras el oriundo de Mississippi le quería mostrar al mundo entero que estaba en Sudamérica mezclando reggaeton, trap y dándole un nuevo giro a una carrera notablemente diversa. El enmascarado sigue coronándose en un país con el que le ata un idilio y el ex socio de Skrillex iba a dejar lo urbano en el dique seco para despedirse apelando su rica discografía entre bombitas del nivel de "Where Are Ü Now" y "Revolution" además de "Don't Be Afraid", otro must del presente.

Fotografía: @Creamfieldscl
Nadie se quedó sin escuchar "In Da Getto". Literalmente nadie. La utilizaron un sinfín de artistas como recurso para encender el mood. Tras la presentación de Diplo, la organización agradeció la paciencia del fan de siempre y lanzó la pirotecnia acumulada por tres años de ausencia. Si hay que esperar tanto, dame el reloj de arena siempre. Oídos llenos, felicidad absoluta.
