LANY en Chile: Confianza sustentada en la cercanía total

Por Homero Ramírez | Miércoles 15 de mayo 2024
Fotografías: Aarón Castro
En el marco del “a beautiful blur: the world tour”, LANY -que es un diminutivo para Los Angeles y New York- se presentó por tercera ocasión en Santiago en la máxima representación de su propuesta, entre la intimidad de la Blondie y una cancha fiel que sabía exactamente a lo que iba, cómo debía reaccionar a ciertos estímulos y con la receta para amarlos a Paul, Jake y equipo ¡el día entero!

Chile compró VIP packages por lo que las primeras filas estaban tan comprometidas al dúo que en 2019 y 2022 eran fijas (en las visitas anteriores), dícese Lollapalooza y Teatro Cariola, y pudieron ver la prueba de sonido en Club Blondie además de posar con sus ídolos. Cuando empezó el recorrido de la amable discografía, a las nueve en punto de la noche se apagó la música y lo único que empezó a importar fue la experiencia musical de LANY, ese viaje que sugiere Paul Klein hasta tenerlos a todos eufóricos e incansables, cantantes replicadores y adheridos al baile, el karaoke y el salto. Y la tercera fue la mejor, la vencida, la de la consolidación de un fanbase.

Klein es carismático, agarra las cámaras instantáneas y las de video del respetable y se graba, lo hace con sus compañeros y apunta a la gente. También recorre estados emocionales, pues de la plena alegría salta al teclado para tocar las fibras más sensibles. Y desde allí vuelve al centro, toma la guitarra y el ambiente otra vez es de fiesta, como lo fue desde “you!”, con todos rendidos y Jake Goss comprometidísimo con la potencia desde la batería más “Puff” Scarborough y Kim Vi redondeando la cuadrilla sonora.

En “ex i never had”, “Congrats” y “I Don’t Wanna Love You Anymore” el cuestionamiento es para el ser amado o quien dejó de serlo. “dancing in the kitchen” se convirtió en “bailando en la cocina” para el convencimiento general y la buena onda evidente. En “Alonica” se pidió abrazar a la pareja… tal y como en “Malibu Nights”, el verdadero clímax de la jornada y el término perfecto de la primera parte del set. “pink skies”, “cowboy in LA” y el medley de “Super Far” con “Mean It” se erigieron como otros de los grandes favoritos de fieles que nunca dejaron de cantar.

El cierre estaba pensado como la guinda de la torta, pues “ILYSB” es todo un clásico moderno y “XXL” tiene lo suficiente para configurarse como otro. Cada verso de ambas fue interpretado por el medio millar presente en una señal de compromiso entre los artistas y su fanaticada. Se subieron mujeres a los hombros de sus parejas, Klein sin desafinar bajó a cantar a las primeras filas y a llevarse más muestras de cariño y la compañía perfecta para bajar el telón. Es que quedó demostrado que, cuando es orgánica, la confianza sustentada en la cercanía total deja un sabor de boca perfecto.